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viaje de amor

Me levante, me vi en el espejo, y me dije a mi misma:

-Otra vez la misma rutina-

No, ya no puedo hacer lo mismo, tengo que cambiar, ya casi me voy de intercambio, ya tendré la oportunidad de hacer lo que siempre he querido, mi sueño hecho realidad, me voy a Alemania. Tengo que checar los precios de boletos, quien será mi nueva familia.

Pasaron 3 meses y llego por fin el día de mi nueva aventura.

Estando en el aeropuerto y despidiéndome de mi familia y de mis amigos, me di cuenta que desde ese momento aprenderé como aguantarme las ganas de volver a verlos. Ellos están orgullosos de mí y yo vi lo bueno de mí.

Estando sentada en la silla enfrente a una familia, me dio nostalgia, sabiendo que ya no sería lo mismo por un año. Escuche que hablaron por el altavoz del aeropuerto, diciendo mi vuelo. Hice una larga fila para poder entrar al avión, mi asiento lo había elegido en la ventana por las alas del avión. Cuando llego a mi asiento y acomodo mis cosas en la parte de arriba, cuando de repente no pude acomodar bien unos libros y se me cayeron, una persona del asiento de alado, se levantó para ayudarme, yo agachada y con mi pelo en mi frente no lo vi, hasta que me acomode mi pelo, lo vi y era un joven muy guapo, con una sonrisa y unos labios rosas claro, se veía tan apuesto.

-Déjame te ayudo- dijo él.

Yo me quede en shock por un momento, impresionada por lo guapo que era, tenía todo lo que una chava quisiera en un chavo, cuerpo cuidado, medio alto, con una sonrisa inigualable, lentes, mentón firme, y unos ojos cafés hermosos tan brillantes.

-Claro- le dije, después de 3 minutos admirando sus ojos.

-Ten aquí están todos tus libros-

-Gracias- le dije.

No nos dio tiempo de preguntarnos nuestros nombres, el vuelo estaba por salir. Nos acomodamos cada quien en su asiento.

Después de 4 horas de vuelo, llegue a mi destino, mi tan soñado Alemania. Me baje del avión, al chico guapo y misterioso que me ayudo, ya no lo vi. Esperando mis maletas, fui a pedir un taxi. Después de pedir mi taxi, me fui a Berlín, mi nueva familia ya me estaba esperando. Después de llegar a mi destino Potsdamer Platz, es una plaza comercial en el corazón de Berlín, había tanta gente pero ya que encontré a mi nueva familia, me llevaron a la casa.

Pasamos por tantas calles tan extrañas de nombre, pero llegamos a la casa que está ubicada sino mal recuerdo en Zossener Str. Un vecindario muy bonito, con muchos árboles, con olor a otoño, y todas las casas con un color anaranjado antiguo, me dieron un cuarto en el sótano, donde se puede escuchar los pasos del piso de arriba y el viento, que de repente sonaba muy fuerte. Me instale, me cambie, y me fui.

Salí de la casa, me fui al centro de Berlín, ahí me dijeron que fuera a visitar el muro de Berlín. Me pare en Mühlenstraße, de ahí se ve la reliquia del derrumbado muro, un señor se me acerco y me dijo que mejor fuera a Puerta de Brandeburgo, que era un monumento donde estaban los cuarteles, admirando la belleza, iba caminando de espalda, cuando me topo con alguien de espalda, volteo y eran otra vez esos bellos ojos cafés, con un cabello castaño, que se veía tan brilloso con el sol.

-Tu otra vez- dijo él.

-Sí, Hola- dije.

Hice algo estúpido, pero lo primero que le pregunte de golpe:

-¿Cómo te llamas?- pregunte.

Hizo una risilla tan peculiar, que me hizo sentir algo que hace mucho no había sentido, me hizo mover las famosas “mariposas” que dicen que tenemos.

-Manuel- respondió.

Charlamos unas cuantas horas, fue una persona de esas que se ven bien relajadas, tranquilas, tan buena gente, que conectamos muy rápido. Caminamos por las largas calles de Dudenstrabe, llegamos a un parque que se llama Viktoriapark, tan bello ese parque con grandes árboles, de hojas anaranjadas, los niños jugando, las aves cantando. Hablamos y hablamos por unas cuantas horas, su sonrisa en todo momento era tan hermosa como el mismo cielo, tenía 23 años y yo le comente mi edad. Tuvimos que marcharnos, me quedaban más lugares por visitar como Siegessäule, Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche, Potsdamer Platz, etc. Nos despedimos, me paso su teléfono, y quedamos en contacto.

Iba de regreso a la casa cuando empieza a llover, como era nueva en la ciudad, trata de pedir un taxi, me perdí….


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